viernes, 30 de septiembre de 2016

¡Ama lo qué haces, eso te hará feliz!


¡Positividad!



En este post voy hablar mi gran positividad y también alguna que otra anécdota para reírnos un rato.

Yo me he considerado siempre una persona muy optimista y muy divertida (al menos yo conmigo misma me lo paso pipa), y esto no solo queda ahí, sino que tiene muchos beneficios a la hora de enfrentarse a una situación negativa o a un problema. Si que es cierto que a veces he estado de bajón, ¡pero es normal, soy humana!
Pienso que cuando estamos realmente satisfechos con nuestra vida (trabajo, familia, amigos…), debemos “celebrarlo” por todo lo alto. Estar eufóricos casi las 24 horas del día. (Una vez me levanté a las tres de la mañana a comer nocilla con lacasitos, jajajaj) ¡Estaba feliz y tenía hambre!
Y si no estamos atravesando un momento fácil, pues yo pienso siempre: esto lo tengo que pasar, así que voy a intentar llevarlo lo mejor que pueda, (¡pintalabios rojo y a disfrutar!). Si fuera hombre me diría: esto lo tengo que pasar, así que voy a intentar llevarlo lo mejor que pueda, (¡camiseta de Star Wars y a disfrutar!) En definitiva, ver más la parte positiva, así los problema se resolverán mejor.

Ahora me gustaría contaros cosas que pasan en la vida y que te lo pasas genial (aunque no sean del todo buenas, pero si le sacas lo positivo, todo se vuelve mejor).

Esto no sé si me lo va a dejar contar mi “gruñón entrañable” (así llamo a mi pareja), ¡pero lo voy hacer!
Un día de verano, a mi me dio por ir al supermercado y comprar una mascarilla para la cara (dice que te deja la piel muy suave y es verdad). Y le pregunté a él si quería que le comprará una, total, se la compré porque quise (jajaj). Pues bien, llega, deja el coche en doble fila y nos ponemos la mascarilla (me estuve riendo un buen rato de él jajajaj). Yo como no, pidiéndole fotos, vídeos… (soy muy activa en las redes sociales), y él es que ni hablar, nadie podía enterarse de que se puso una mascarilla. Pues mi sorpresa vino cuando escuchamos pitar ¡el coche molestaba jajajaj! ¡Yo no me podía reír más! ¡El que no quería que nadie se enterará, pues toma, guapo, a la calle jajajaj! Entonces nos ves a la dos, con esa cara, asomados al balcón diciéndoles que ahora bajábamos. Era dos chicas y se empezaron a reír y tuvimos un cachondeo muy bueno. Y esa es la primera anécdota (la estoy escribiendo y me estoy riendo).

Otra que también me encantó y vi la parte positiva de la situación.
Íbamos con la moto, y como había que bajar una cuesta para poder entrar al garaje, pues yo me bajé y me quite el casco. Me quedé atrás, y él se dispuso a tocar el botón para poder entrar. Pues mientras estaba parado, se ve que empezaron a regar (estas cositas que giran y tiran agua para las plantas), y le calló todo el agua a él y a la moto. Cuando lo vi, me empece a reír como nunca y como no, poco inteligente por mi parte, me acerque para verle mejor y seguir riéndome. ¿Y sabéis qué? ¡Qué yo también me mojé! ¡Y no os penséis que paré de reír! ¡No! ¡Me reí todavía más! Jajajaj
¿Parte positiva? ¡Reírse de uno mismo! ¡Y qué viva el agua!

Esta otra que os voy a contar lo pasé muy mal (pero de verdad).
Estábamos en una comida familiar y vino un conocido nuestro que era homosexual, ¡hasta aquí todo bien! Pero como ya sabéis los niños lo dicen todo. Nosotros sabíamos que esa persona tenía esa predisposición sexual, pero no se podía nombrar, es decir, teníamos que hacer como sino supiéramos nada (no sé el porque). Pues bueno llegamos, estamos todos sentados, y salta un pequeñín: “Él es gay, ¿tienes novio? ¡Mi cara era un poema! ¡Me puse muy roja, pero es que luego me empece a reír como nunca! ¡Me tuve que ir al lavabo porque no podía parar! ¡Qué mal lo pasé!
El problema fue, que si tu dices que eres homosexual, no pasas nada, todos no lo tomamos con naturalidad. ¡El problema viene cuando lo intentas ocultar y pasan estas cosas! Es como cuando estás en clase o en el trabajo y te entra la risa por una tontería, pero tienes más ganas de reírte, porque sabes que no lo puedes hacer. El hecho positivo que yo saqué, es que ¡fuera tabús! ¡No pasa nada por ser homosexual!

Y la última y me callo. Esto me pasó sola, caminando por la ciudad.
Era día entre semana, estaba en la calle, y iba a pasar, pero el semáforo estaba en rojo y además había un policía controlando el tráfico (él nos tenía que dar a los peatones la orden para poder pasar). Pues una señora mayor no se dio cuenta y pasó (llevaba muletas y iba más lenta). Entonces, el policía al verla, le dijo ¿Pero señora, qué hace? ¡No puede pasar! Y la señora le contestó: ¡Anda ya, cabrón! Y lo dijo tan natural y la palabra cabrón tan a lo bajini, que me entró un ataque de risa literalmente. ¡Pero iba sola y me daba corte ponerme a reír en medio de la sociedad! Hubo un momento que no me pude aguantar y me tuve que reír. No me reí por el insulto (porque no tenemos que faltar el respeto a nadie), sino por la forma de decirlo. ¡Es que no me lo esperaba!

Antes de acabar os quiero decir que no vayáis riéndoos por la calle de la gente o de las cosas que pasan. Y si lo hacéis, que sea de una forma buena y sana, como yo. Las anécdotas que he contado de mi pareja o de aquel conocido, no han sido con ninguna intención de desprecio.

¡Y ya acabo! ¡Reíros de vosotros mismo! ¡Disfrutar de vuestras payasadas! ¡Y mirar el lado + de las cosas!

Pd: hacerlo con respeto, otro día os cuento más de lo bien que me lo paso (podría dedicar solo un blog a contar chorradas de éstas, ¡porque no me faltan!).

¡A DISFRUTAR!

¡Aaaa no os olvidéis de ver la FRASE DE LA SEMANA!


¡Un abrazo (de esos que dejan marca)!